Lo único que queda de la habitación original son las lámparas que hay sobre las mesillas. Este dormitorio estaba pidiendo a gritos un cambio, ha dejado de ser un lugar poco acogedor, para pasara ser un sitio luminoso en el que poder descansar cómodamente. El resultado del cambio es maravilloso, desde el cabecero capitone, al nuevo tono de la pintura de la pared. Con un estilo delicado y simple este dormitorio demuestra que con muy poquito se pueden hacer grandes cambios.











Imágenes Vía: A Cup of Jo

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